miércoles, 18 de enero de 2012

Homo sapiens: el animal egoista

Fernando Gallego /Opinión y Crítica

"Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos " dijo ante la muchedumbre el reverendo Martin Luther King.  Sabias palabras, y ¡Qué razón tenía! Pero a su frase le veo una pega, le faltó decir: ni aprenderemos. No lo haremos porque hoy por hoy el mundo lo mueven la avaricia, la envidia y el egoísmo.
La búsqueda de elementos básicos para subsistir del hombre primitivo es hoy una carrera por acumular riqueza y fortunas. El hombre a lo largo de la Historia ha querido tener siempre más que su vecino, y para ello utiliza todo su ingenio. Lo que comenzó siendo una lucha por la supervivencia ha degenerado de tal manera que fíjense ustedes, el autor de la anterior frase célebre dejó de estar entre nosotros hace mucho, mucho tiempo, y solo por la ingratitud de un individuo. Así nos luce el pelo, a los buenos los asesinamos, y a los despojos les pagamos una millonada por decir sandeces en un plató de televisión. El mayor perjudicado del sistema: el ser humano.

El hombre en un alarde de intelectualidad se devora a sí mismo. Mientras para que unos tengan coches de lujos otros mueren de hambre. Sí, sí, así de crueles somos. Aquí no hay demagogia posible. Dios, Alá, Yahvé o quien quiera que creó los recursos y las materias primas las puso a disposición de todos, es decir, que son de TODOS, nos guste o no. Las fronteras, las distribuciones y  las adjudicaciones de bienes las ha creado la humanidad, y como todo lo que solemos hacer han sido realizadas de manera arbitraria, parcial y subjetiva. Cuando no hemos tenido suficiente con lo que había en nuestro territorio hemos ido a avasallar a otros que apenas tenían la mitad que nosotros, y no contentos con eso, los hemos convertido en aún más desgraciados. Mientras que aquí generamos toneladas de basura, en otra parte del mundo rebuscan entre montañas de desperdicios para poder comer. Como se suele decir: para que exista un primer mundo tiene que haber un tercer mundo. Esta premisa la asumimos naturalmente, como si nada. Tan acostumbrados estamos a ver la pobreza que ni siquiera nos inmutamos.
Si lees esto siéntete culpable, porque seguramente tú también lo fomentes. Yo no me voy a escapar, me incluyo también, no pretendo ser populista, tampoco quiero engañar a nadie. Yo tengo lo que todo el mundo tiene, ni más, ni menos. Soy tan responsable como cada uno de vosotros. Que cada cual haga su valoración personal sobre el granito de arena que aporta y piense cómo se podría acabar con tan atroz forma de manejar el mundo.
Pero todo no va a ser tristeza y pesimismo, podrás sentirte mejor y ayudar algo con solo pinchar el siguiente enlace, por el cual el sponsor de la web se compromete a donar 25.000 dólares cada 1.000 visitantes que ingresen en la web y clickeen. Se trata de enviar comida para paliar el hambre que pasan muchos niños en el mundo. No te lo pienses, haz un click solidario, seguro que ellos te estarán eternamente agradecidos:

2 comentarios:

  1. Es dificil conocer gente como tu tan jóven la verdad.

    Es una alegría ver que todavía existe gente normal.

    Sigue tu camino chaval...

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  2. Muy interesante. Yo iría más allá y hablaría de la tiranía socializadora que nos ha obligado a ver como malo todo aquello que no sigue las normas estrictas del sistema. Seis así.
    Natxoman

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