martes, 27 de marzo de 2012

¿Qué es la masonería?

Pablo Rodríguez /Historia

La masonería es ese gran desconocido del que todos han oído hablar pero del que pocos saben decir algo a ciencia cierta. Su brillante despertar fue oscurecido con la mancha de la difamación por aquellos a los que no les convenía que la inteligencia e inquietudes de los masones amenazasen su poder. Debido a esto, diferentes bulos se expandieron por todo el globo acerca de la masonería, siendo España una de las principales acogedoras de estas difamaciones contra estos círculos de intelectuales, dado nuestro particular idilio con la tradición y la Iglesia católica, principales enemigos de la masonería.

Para acercarnos a la verdad de la masonería, debemos recurrir a su historia. La masonería surge vinculada a los gremios de arquitectos encargados de construir catedrales en la Edad Media. Estos primeros masones se reunían en sus talleres o logias para tomar decisiones acerca de la construcción de las catedrales. Estas reuniones eran secretas y los participantes en ellas estaban obligados a hacer un juramento. Este origen explica la simbología de la masonería, consistente en instrumentos propios de los arquitectos.

Simbología masónica

Más adelante, los gremios de constructores empezarán a decaer y comienzan a admitir en sus reuniones a personas ajenas al gremio. Estas personas solían ser abogados, burgueses y nobles que estaban interesados en conocer como se construían las catedrales. Con el tiempo este conocimiento les parecerá poco y estos personajes empezarán a formar sus propias logias, en busca de más conocimiento, desde principios del siglo XVIII. Esta nueva masonería será conocida como masonería especulativa o filosófica.

Esta masonería filosófica tiene como objetivo construir al ser humano como tal, siendo la perfección de ese trabajo la perfección de uno mismo y la mejora de la sociedad. Un requisito indispensable para ser masón era que había que ser creyente, no importaba que religión se profesase, pero se debía de creer en un ser superior. Esta nueva masonería estaba orientada a la búsqueda de conocimiento en todos los ámbitos y se expandirá principalmente por Gran Bretaña, Latinoamérica y los EEUU, siendo la mayoría de los líderes independentistas, tanto estadounidenses como latinoamericanos, masones.  

El siglo XIX será, incluso en España, la época de mayor auge de la masonería. Por este motivo empieza a crear recelos entre los más conservadores y la Iglesia católica, que ven en estos círculos de librepensadores una amenaza contra su poder, sobre todo en nuestro país. En otros países, como en EEUU o Inglaterra, la masonería seguirá siendo bien vista por las élites, posiblemente por el ambiente liberal que impera en ellos. En Inglaterra, la masonería llegará a tal punto de popularidad que los reyes llegarán a ostentar el cargo de Gran Maestre de la Masonería. En España, en cambio, al poder de la tradición y la Iglesia se sumó que los principales líderes independentistas de las colonias, como Simón Bolívar, eran masones, lo que contribuyó a que se creara el bulo de que los masones españoles apoyaban a los masones latinoamericanos y, por ende, la independencia de las colonias, cosa que era totalmente falsa. 
Eduardo VII, rey de Inglaterra, con el atuendo de Gran Maestre Masón

A finales del siglo XIX aparece una figura relevante, aunque negativamente, para la masonería: Léo Taxil. Este hombre era un estafador profesional que afirmó que había pertenecido a la masonería y que había visto en las logias verdaderas atrocidades inhumanas, llegando a sostener que en las logias se personificaba el mismísimo Lucifer para participar en las reuniones y en las orgías que allí se organizaban. Una vez escribe cientos de artículos y se enriquece a su costa, admite que se lo ha inventado todo, pero los poderes opuestos a la masonería, que recibieron sus difamaciones con gran regocijo, continuaron propagando su historia e inventando nuevas, consolidando así la leyenda negra de la masonería.

Esta leyenda negra tuvo particular trascendencia en España, sobre todo a partir del estallido de la Guerra Civil y el triunfo franquista, donde la persecución contra los masones se llegó a convertir en ley. Debido a esto muchos masones españoles fueron marginados tras la guerra, mientras que otros fueron juzgados y ejecutados por los tribunales franquistas. De este modo, gracias a la acción siempre eficiente de los poderes que desde hacía siglos regían los destinos de España, la masonería no solo entró en decadencia, sino que  adquirió una pésima fama y esto les costó la vida a personas cuyo único delito fue su afán de conocimiento. Fue, en definitiva, el penúltimo conflicto entre tradición y progreso.

A día de hoy, la masonería sigue existiendo, manteniendo su compromiso con el conocimiento científico, en unas logias en las que impera la fraternidad entre los hermanos masones. Pese a los duros reveses a los que ha tenido que enfrentarse, la masonería ha resistido a los golpes de aquellos que quisieron destruirla en su loco afán por no verse superados por la poderosa fuerza de la razón, y sigue siendo una realidad a la que cualquier persona puede acercarse y de la que puede participar. 


Web de la Gran Logia Masónica de España: http://www.gle2.org/












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